SOCIAL MEDIA

Welcome to Angloland!

  He de confesar una cosa. Y es que el confinamiento también ha traído muchas cosas buenas. A mí, por ejemplo, me ha traído la oportunidad d...

jueves, 20 de agosto de 2020

Hi!



Comencemos por las presentaciones.

Me llamo Victoria y soy profesora de Inglés. Soy una fanática de la mayonesa y no creo que "la letra con sangre entra".

Llevo 6 años dedicándome a esta profesión maravillosa.

¿Por qué maravillosa? Porque la clave del cambio reside en ti. Sí, en ti, pequeño teacher.

Desde que empecé en este mundillo apasionante he pasado por distintas fases.

Fase 1: Supervivencia.

Respira. Sigue el libro. Pasa lista. Ten todas las notas bien atadas. Smile and wave en los pasillos, smile and wave en las clases, smile and wave en el staff room. Todo va bien. Sobrevive. 


Fase 2: Aquí hemos venido a jugar.

Después de un año de supervivencia, en mi año 2 decidí poner toda la carne en el asador. Y leí muchísimo, probé cosas nuevas, comencé a salir de mi zona de confort. Eso sí, fue como un viaje en montaña rusa: muchas mañanas me sentí la reina del mundo y muchos viernes por la tarde salía del colegio arrastrando el ánimo a varios metros por detrás de mí. Totalmente exhausting pero aprendí mucho.


Fase 3: Equilibrio.

De todas esas cosas que probé muchas (ejem. La mayoría) fueron un desastre total pero, algunas otras, funcionaron. Y todas esas cosas que fueron funcionando se incorporaron a mi caja de herramientas docente. Y, durante mi tercer año, todo discurrió en calma: yo y mi caja de herramientas en mi zona de confort. ¿Qué podía salir mal?


Fase 4: Duda.

Pobre ingenua. Yo que pensé que había llegado a un estado de equilibrio, donde poco a poco iba incorporando nuevas herramientas a mi caja y todo discurria smooth... Comencé a dudar de todo: ¿es lo correcto? ¿Están aprendiendo lo suficiente? ¿Podría hacer más? ¿Se aburren? ¿No se aburren lo suficiente? El año 4 fue un año duro. Fue como vagar por una habitación a oscuras, dando palos de ciego.


Fase 5: Pequeño explorador.

Creo que mi fase evolutiva del ser humano favorita es esa que llaman "el pequeño explorador". El niño comienza a descubrir todo el mundo que está a su alrededor: lo toca, lo huele, lo saborea... Y así es la última fase en la que me encuentro.
Después de la locura que supuso la fase 4, decidí comenzar de nuevo. Ayudada y acompañada de mi compinche (sino tienes un compinche en todo esto... ¡es URGENTE! ¡Búscate uno!) empezamos a ahondar en el mundo de las nuevas metodologías, nuevos recursos, nuevas oportunidades... y de repente, sin esperarlo, se abrieron nuevos horizontes a nuestros pies.


Y desde entonces me encuentro en un ciclo donde paso de la duda a ser pequeña exploradora, y de nuevo a dudar, y de nuevo a volver a explorar...

Después del confinamiento al que nos vimos obligados divido a la pandemia he estado reflexionando muchísimo... Y durante el verano decidí formarme. Pero de esto hablaremos en el próximo post... 

En definitiva...

Quiero cambiar lo que hago en mi aula. Quiero que mis alumnos aprendan más y mejor. Quiero aprender yo. Quiero que se lo pasen bien. Quiero pasarmelo bien.


Y de esto va a tratar este blog. De este viaje.

¿Me acompañas?

Publicar un comentario